Todos los analistas coinciden en que la economía española va a resentirse mucho de los efectos negativos causados por el Covid-19 pero, dentro de la gravedad de la situación, hay que tener presente que en todas las grandes crisis siempre ha habido ganadores y perdedores. La actual situación no es una excepción y el objetivo de este artículo es destacar a esos ganadores, así como dar un mensaje de optimismo a aquellos que ahora ven como sus negocios pasan por enormes dificultades.
Cada gran crisis tiene unas características particulares que la diferencian del resto, sin embargo, la generada por el COVID-19 es especialmente singular puesto que no ha sido causada por variables económicas, ni por una guerra, es completamente ajena a nosotros. El resultado es que la economía se ha parado y, de la noche a la mañana, ha pasado a depender de la actividad digital en todos los ámbitos de nuestras vidas.
No es el momento de reproches ni de hablar del tiempo perdido, pero es necesario recalcar que si hubiéramos tenido una sociedad más evolucionada digitalmente los problemas habrían sido menores. Esto no quiere decir que no hubiéramos sufrido; la principal característica de una gran crisis es su imprevisibilidad y la resultante de la pandemia global no es una excepción. Además, hay aspectos que, aún hoy, le economía digital no habría podido subsanar.
El primer ganador en esta crisis, casi desde el primer día, ha sido el comercio electrónico, que ha crecido exponencialmente durante el primer mes de confinamiento y seguirá creciendo en los próximos meses. Basta echar un vistazo a las revistas de economía y del mundo digital para ver cómo los sectores de deportes, mobiliario, jardinería, material escolar, farmacia, alimentación… tienen crecimientos por encima del 100%.
Este espectacular incremento de la demanda digital está siendo atendido, a duras penas, por aquellas empresas que estaban preparadas para competir. Son empresas que han invertido mucho en los últimos años y que habían puesto los medios digitales y humanos necesarios para poder ofrecer sus productos o servicios online; una logística adecuada, unos medios de pago seguros y diversos, equipos de ventas con toda la información en tiempo real y con el hardware y el software necesarios para el teletrabajo, que han analizado y segmentado sus clientes creando perfiles digitales de compras (personas), que gestionan eficientemente sus bases de datos y tienen bien delimitado su embudo de marketing. Estas empresas están viendo recompensados sus esfuerzos en transformación digital.
Es cierto que muchas de ellas están lidiando con un incremento de la demanda muy alto, rompiendo stocks y ampliando plazos de entrega, pero ¿a quién no le gustaría estar ahora mismo en esta posición?, bendito problema. Mientras tu competencia está cerrada, inactiva, tú eres capaz de vender y, además, de promocionarte.
No solo las ventas cuentan, estas empresas han ganado notoriedad, posicionamiento y experiencia, y además han estado allí cuando los usuarios más lo necesitaban. Las posibilidades de ganarse a los consumidores son enormes y, si hacen las cosas bien, podrán beneficiarse de ello durante mucho tiempo. Han ganado.
Pero, por desgracia, hablamos de una minoría. La gran mayoría de las empresas no tenían hechos los deberes y es ahora cuando se están dando cuenta de que han perdido una oportunidad única y un tiempo precioso. Es el momento de reflexionar, de pensar en el futuro que nos aguarda y de actuar en consecuencia.
La sociedad que va a surgir después de la crisis va a ser una sociedad mucho más digitalizada en todos los ámbitos (edad, hábitat, capacidad económica...) porque el impacto digital de la crisis es profundo y se está reflejando en nuestras vidas a diario; en el trabajo, en la compra, en el ocio, en la educación, en la salud, en las relaciones personales y familiares…
Ahora más que nunca debemos abrazar lo digital, integrarlo en nuestras empresas y compartirlo con lo tradicional. Tenemos que entender que el mundo digital no viene a acabar con nada, viene a mejorar muchas cosas, a ofrecer nuevas oportunidades que están ahí, al alcance de todos. El camino no va a ser fácil, el mundo digital ya es muy competitivo en estos momentos y, además, la transformación digital no es un proceso rápido, lleva su tiempo.
Por eso, y para todo ello, van a ser necesarios auténticos profesionales que sean capaces de guiarle en la transformación de su negocio. Hay muchos y muy buenos en España, búsquelos, confíe en ellos, por nuestra parte desde WSI le tendemos la mano para que su negocio resurja con más fuerza, tómela.
Esperemos que todo pase pronto, con el menor daño posible y recuerde que estamos juntos en esto.